1 sept 2012

Mi tragicomedia de 17.

Y bueno, se acaba esta "Tragicomedia de 17", pues mañana se esfuman para dar paso al número venidero. Cierro este año con miles de recuerdos, tanto buenos como malos (obviamente), pero sin duda alguna todos ellos increíbles. Realmente, no han sido mis 17, han sido la segunda parte de mis 16. Empezando con una historia, y después de dos años acabándola. Con esta entrada acabo esta etapa de mi vida; dejando atrás todas estas entradas ficticias y no tan ficticias que llegaron a llenarme más que otra cosa. Perdurarán para siempre aquí, al igual que las del http://mdontforgetme.blogspot.com/

Ahora, comenzaré a pensar en el 18, y en las factibles maneras de llenarlo lo mejor posible. De mí, qué os puedo decir. Seguiré entre cuerdas, folios, y mis movidas.

11 ago 2012

Despedidas con glamour.

 - Bueno tío, entonces pasé por delante y lo vi abierto.
 - ¿Y entraste?
 - Eso mismo. No me preguntes porqué, pero sentía que tenía que hacerlo.

El barman recicló nuestras copas; con menos alcohol.

 - Entonces -seguí- estaba todo jodidamente oscuro. O sea, no se veía absolutamente nada. Pero seguí.
 - Estás loco -bebió.
 - Llegué a alcanzar el hueco de las escaleras, y mirar arriba -bebí-. Y vi una luz que saldría de algunas de las puertas; así que decidí subir.
 - ¿Para?
 - Cállate. Subí y subí, y parecieron quinientos escalones. Por fin llegué, y evidentemente una de las cuatro puertas de la planta estaba abierta. Y la luz huía de aquel lugar. No como yo. Así que fui a contraluz.
 - ¿Y qué pasó?
 - Que te calles he dicho. Entré directamente a un pasillo, y veía una sombra procedente de la sala de estar, así que fui. No me preguntes porqué. ¿Sabes qué era la sombra?
 - Qué.
 - Una mujer devorando a un hombre, o lo que una vez fue.

2 ago 2012

Hotel [Incompleta]


Bajé del taxi hundiendo mi ya no reluciente zapato izquierdo en cualquier charco formado en la pretérita tarde. Imposible fue no exclamar un MIERDA. El taxista bajaba por su lado y abría el maletero, acercándose a la misma vez el botones del hotel a completar el trabajo. Mientras sacudía mi pierna al aire, vi de nuevo a aquella mujer atravesar el hall del hotel; no pude hacer otra cosa que apresurarme a seguir su paso. "¡Señor! ¡Su maleta!", apenas le escuché. Empujé con violencia aquella puerta forrada en oro y me encontré de nuevo allí. Pulsó el reclamo un ascensor que ya abría sus puertas ante su hermosura, y yo tan solo estaba a algunos kilómetros de aquella escena. Solo pude correr. La velocidad disminuyó a medida que me aproximaba a su campo de visión, hasta finalmente entrar a paso firme, jadeante, y colocarme a su diestra. Dentro estaba marcada la planta 23. Yo iba al 7. Las puertas se cerraron, comenzamos a subir.

22 jul 2012

"Y corten".

Las luces se encendieron, las cámaras dejaron de grabar y los actores dejaron de serlo. Una estampida quedó formada en el escenario y tras él, como cientos de cazadores acechando su presa y lanzándose finalmente a por ella. La silla del director aún la ocupaba, y esperaba no levantarme en un largo rato. Mi actor principal ya arranca su coche, y no tardará mucho en estar en cualquier otra parte. Mi actriz principal. Ella sigue rodeada de algunos aduladores que tan solo deseo esfumar con un chasquido de dedos. Pero no soy esa clase de magos. Veo en su cara inconformidad. La llamo. Me mira. Todos me miran. Ella comienza a venir. Tiene huevos que el director esté más nervioso que la actriz.



18 jul 2012

Tiny dancer.

Caminábamos despacio con prisa. Eran días de joder por su aroma. Esencia. Volvíamos tarde y salíamos temprano. Nos empujábamos como quien empuja sin querer empujar. Mirábamos al mundo sin esperar que nos devolviera la mirada. Música sin escenario; ya lo construíamos. Pero siempre improvisando, ¿qué más da que todo salga mal alguna vez? Horrible el resto de ojos que la miraban. Ojalá tan solo alguno de ellos fuera meritorio de contemplarla para no sentir el impulso de decir Oye, córtate. Pero para nada. Tampoco puedo hablar demasiado yo.

Pero hoy quiero recordar aquel piano. Aquella vuelta de noche. Cenas en no restaurantes, y cines de mierda. ¿Te gusta Elton John? Claro. No lo sabía. Joder, mi pequeña bailarina. Ojalá llegues a cualquier escenario que esté construido sin importar cuánto público haya. Pero, abrázame joder. Como cuando durábamos minutos y minutos. Las luces de la autopista jamás habían iluminado tanto. Y es que no hay nadie que nos mire. Vuela ahora. No hay testigos. Solo lo sabremos nosotros. Solo. Solo contigo.

Y yo, no desearía tenerla de otra forma~